A mis hermanos
en la calle.
en la calle.
Uno y yo pasamos la tarde sin hacer nada, por ahí. Al caer la noche y volver para casa, de camino, me encuentro con Dos, que me dice que él tampoco hace nada: Na tío, ni salgo casi, ni de fiesta, he dejao de beber. Le pregunto por Tres y me contesta que Tres el peor: Ese no se levanta ni del sofá. También me dice que Cuatro: Vive como un jubilao y eso que no se le conoce curro, no ha dao palo al agua en su vida. Y que Cinco está estudiando no sé qué: Pero vamos que na, que una hostia se va a dar, como todos. Y todos sin hacer nada y sin nada que hacer. Y eso que somos jóvenes pero parecen mermadas las articulaciones, cansados los pulmones, el estómago y el hígado. Somos jóvenes pero hemos sido vencidos sin librar batalla. Somos jóvenes pero queremos finiquitar los días. Somos jóvenes, muy jóvenes pero también somos viejos porque como los viejos tampoco tenemos porvenir.