El purgatorio

A mis hermanos
en la calle.
Uno y yo
pasamos la tarde
sin hacer nada, por ahí.
Al caer la noche
y volver para casa,
de camino,
me encuentro con Dos,
que me dice
que él tampoco
hace nada:

Na tío, ni salgo casi,
ni de fiesta,
he dejao de beber.

Le pregunto por Tres
y me contesta que Tres
el peor:

Ese
no se levanta
ni del sofá.

También me dice
que Cuatro:

Vive como un jubilao
y eso que no se le conoce curro,
no ha dao palo al agua
en su vida.

Y que Cinco
está estudiando
no sé qué:

Pero vamos que na,
que una hostia se va a dar,
como todos.

Y todos
sin hacer nada
y sin nada
que hacer.

Y eso que
somos jóvenes

pero parecen mermadas
las articulaciones,
cansados los pulmones,
el estómago
y el hígado.

Somos jóvenes
pero hemos sido vencidos
sin librar batalla.

Somos jóvenes
pero queremos
finiquitar los días.

Somos jóvenes,
muy jóvenes
pero también

somos viejos

porque

como los viejos
tampoco tenemos

porvenir.
Alejandro Mallada, en 33 (2015, Ediciones en Huída)