"... los adultos aceptan la monotonía,
el tedio, la frustración"
el tedio, la frustración"
Edward Bunker.
Aquel trabajo era para tres meses, es una gasolinera, un verano, a jornada completa. Ocho horas, dos turnos, mañana y tarde, que acabó siendo uno: tarde. Entonces en un calendario empecé a tachar los días que quedaban de contrato. Los jefes se portaron y el curro, simple, no requería esfuerzo: echar chofa y cobrar, un montón de tiempo muerto, fregar, barrer y alguna chorrada más. Ya lo quisiera yo ese curro ¡Vaya chollo! Pero yo al llegar a casa tachaba días, semanas, meses. Me llevaban y me traían y yo, al llegar, tachaba de uno en uno los días. Me daba vergüenza la verdad, era un buen currelo: ocho horas, de tres a once, de lunes a viernes, novecientos pavos. Y yo era alguien de provecho, con curro y pasta, pero que al llegar tachaba, tachaba y contaba los días para dejar de serlo.