Malditos

Hace mucho
que no puedo
sofocar mi sed
cuando estoy
sediento.

Hace mucho
que muero de hambre
y no muero.

No siento nada.

Ni el viento en la cara,
ni la espuma del mar.

Tampoco el calor
de la carne de una mujer.

Ya podéis creer
en las historias de fantasmas