Compañeros

Ya iba notando
con el pasar de los años
que la espalda se resentía,
que me dolía
punzantemente
con el simple gesto 
de intentar dormir.

Aguante a base 
de tranquilizantes adulterados 
que apuntaban con saña 
al hígado.

¿Que qué paso?

Tuve que parar en mitad de la calle
sacar las pesadas piedras de la mochila
y dejarlas 
allí mismo.

Las pesadas piedras
en las que se había
convertido
el pan.


Alejandro Mallada, en 33 (2015, Ediciones en Huída)